lunes, 6 de diciembre de 2010

Relaciones Emocionales

  • Padres: envejecimiento de ellos. Se produce un cambio de rol (los hijos toman el rol que antes correspondía a los padres). Significa aceptar que son débiles, vulnerables y que se pueden morir en cualquier minuto. Aumenta el sentimiento de vulnerabilidad personal.
    La inversión de roles implica desarrollar una herida narcisística por la identificación con los padres que ya no están bien. Se genera una ofensa al yo al identificarme con alguien que está declinando.

  • Hijos: relación más horizontal y simétrica. El padre debe promover la autonomía y la independencia de los hijos. Funciones fundamentales: orientar y guiar, respetando la autonomía.
    Crisis edad media: enfrentar la posibilidad de ser superado por los hijos. Asusta por la “pérdida del rol”. También se sufre al saber que ya no son fuente de identificación de los hijos; ellos reconocen defectos y critican abiertamente. Lo más sano sería ser capaz de aceptar y sentirse gratificados por el proceso de autonomización de los hijos. Además, deben tolerar ser objeto de evaluación.

  • Pareja: se requiere un reordenamiento de la vida matrimonial, por el fenómeno del nido vacío. Ahora se pueden abordar temáticas que antes no se podía por dedicación a los hijos. Surgen conflictos que estaban latentes a lo largo de la vida de la pareja que no se habían resuelto por alguna razón. Pasar más tiempo juntos produce dificultades en la relación diaria, se requiere un sistema diferente que permita un acomodo real.
    La pareja constituye una fuente de aceptación de los cambios corporales.
    En el ámbito sexual: el juego de seducción es diferente, el coito también. Se generan procesos de adaptación, ajuste a cambios biológicos normales.
    Dentro de la revisión de la crisis se concluye que la pareja comparte todo un pasado común que permite la proyección de la vejez en conjunto, lo que da tranquilidad a la pareja.
    • Estos signos cambian la perspectiva del tiempo, aparece la conciencia de la muerte personal. Se genera una adaptación en la proyección de metas, haciendo un análisis de los proyectos pasados y futuros.
    Esto se plantea como una crisis normativa. Se da una mejor comprensión en todos los ámbitos por la inversión de roles. Esta crisis favorece la integración.
    Se plantea el segundo proceso de individuación. Se aceptan mayores aspectos de la personalidad y, por otra parte, nos preparamos para la muerte.
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